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Contagio

Puede transmitirse de un simple ladrido, a través de gotas dispersas a menos de un metro de otro perro, por compartir comederos o por un roce de hocicos. Cualquier perro puede contagiarse.

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Síntomas

  • Tos seca
  • Fiebre
  • Arcadas
  • Secreciones oculares y nasales
  • Secreciones o pequeños vomitos espumosos y blancos
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Prevención y tratamiento

Existe vacunas especificas para la tos de las perreras.

Si el perro ya está contagiado, procurar aislarlo. Acude a tu clínica de referencia.

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Aprovecha nuestra campaña

Desde el 15 de octubre al 15 de noviembre de 2022 estará activa nuestra campaña de "Tos de las perreras".

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Campaña de concienciación frente a la tos de la perrera

íUna de las patologías más contagiosas que afectan a nuestros perros es la llamada tos de las perreras. También conocida como rinotraqueitis infecciosa canina, es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias superiores. En concreto la cavidad nasal, la laringe, las cuerdas vocales, la tráquea y los bronquios. Aunque en principio no es una enfermedad excesivamente grave, es similar a nuestra tos ferina, si que es muy contagiosa. Además, es sumamente molesta para el animal que la contrae y para su propietario, pues produce tos seca y convulsiva, generalmente acompañada de esputos, que causa más de una noche de insomnio. Por ello es importante intentar que nuestro animal no se contagie.

El origen es una asociación entre agentes víricos y bacterianos como la Bordetella bronchiseptica, la Parainfluenza, adenovirus canino tipo 2 e incluso por el virus del moquillo.

Cómo se contagia

Esta enfermedad, pese a su nombre, puede afectar a cualquier perro. Independientemente de su situación y edad.

Es muy contagiosa porque un simple ladrido puede transmitirla, a través de gotas dispersas a menos de un metro de otro perro. Igual que al toser, estornudar o rozar los hocicos con otro perro. También si se comparten comederos o bebederos con un animal contagiado.

Es decir, tu perro puede contagiarse y contagiar en innumerables situaciones cotidianas.

Síntomas

Aunque el síntoma más evidente es la tos seca, no es el único. También puede producir fiebre, arcadas, secreciones oculares y nasales, secreciones o pequeños vómitos espumosos y blancos.

Tratada a tiempo, esta patología no es grave para el perro y no suele afectar a su estado de ánimo. Pero, si no lo llevamos a un veterinario que le administre el tratamiento requerido, el cuadro de afecciones, en principio leve, puede agravarse produciendo fiebre alta, apatía, debilidad, falta de apetito e incluso puede derivar en una neumonía. En casos de cachorros o animales muy mayores, puede llegar a causarles la muerte.

Prevención y tratamiento

Como siempre, lo mejor que podemos recomendar es la prevención. Existen vacunas específicas para la tos de las perreras. Por ello si tu perro tiene una actividad social activa, lo mejor es que acudas a tu centro HGVET más cercano y pregunta por la vacunación.

Si el perro ya está contagiado hemos de procurar aislarlo de otros perros. Acude a tu clínica de referencia para que valoren el tratamiento más conveniente para él según la gravedad del cuadro que presente.

Aunque insistimos en que el mejor tratamiento es la prevención y vacunar a nuestro perro le ahorrará un mal trago a él y a nosotros.