El parásito sanguíneo Dirofilaria immites es el causante de esta enfermedad cardiaca grave.
Cómo se transmite
Este parásito no se transmite de forma directa perro a perro, sino que pasa al animal a través de un mosquito. Es decir su temporada de transmisión coincide con la de estos insectos, que en algunas zonas está presente todo el año.
Es frecuente en áreas de clima templado y húmedo, donde los mosquitos son más abundantes. En nuestro país, las zonas más afectadas son Canarias, la cuenca del Ebro y la costa mediterránea.
Una vez el mosquito transmite las larvas del parásito a nuestro perro a través de su picadura, éstas pasan al torrente sanguíneo y de ahí a las cámaras cardíacas y vasos pulmonares. Aunque pueden pasar mese hasta que lleguen a estos órganos. Aquí madurarán hasta convertirse en adultos, pudiendo crecer las hembras hasta los 36 cm. En un perro se suelen acumular unos 300 gusanos en el momento del diagnóstico de la enfermedad.
Los síntomas
Los síntomas clínicos de la presencia del gusano no dan la cara desde un principio, si no que incluso pueden pasar años hasta que se descubren.
Suele darse en animales adultos y los síntomas más visibles son, dificultad respiratoria, tos, debilidad y pérdida de peso. Estos síntomas se magnifican con la actividad y el ejercicio físico. Generalmente cuando la enfermedad muestra estos síntomas ya está en estado muy avanzado
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