La rabia es una enfermedad producida por el virus RABV y transmitida por diversos mamíferos, entre ellos el perro. Esta enfermedad, se transmite a las personas a través de mordeduras y otras heridas; y no existe tratamiento.
Síntomas de la rabia
Los primeros síntomas en perros son la fiebre, náuseas, cambios de conducta y cuadros de dolor, entre ellos, la hidrofobia. La hidrofobia se produce porque al beber le da un fuerte dolor en la mandíbula y por ello no quiere ingerir ningún líquido.
En la siguiente etapa de la enfermedad los síntomas que se producen suelen ser espasmos, parálisis respiratoria, encefalitis y conductas agresivas.
Lamentablemente no existe cura para la rabia, si nuestro perro contrae esta enfermedad acabará muriendo o siendo sacrificado.
¿Cómo se trasmite la rabia?
La rabia es una zoonosis mortal en perros y humanos que se transmite a través de heridas, sobre todo por mordeduras. Una zoonosis es una enfermedad propia de los animales que puede transmitirse a las personas. No solo son los animales contagiado los que transmiten la enfermedad, el contagio también puede producirse a través algún intermediario como mosquitos o garrapatas.
Si se detecta un caso de rabia en animales o personas hay que mantener a los otros perros y humanos con los que haya tenido contacto, el infectado, en cuarentena. La enfermedad no es instantánea, tiene un periodo de incubación de entre cinco y veinte días, además puede quedar en fase latente y permanecer oculto durante meses.
¿Por qué debo vacunar a mi mascota?
La rabia es una enfermedad vírica frente a la que no existe tratamiento por esos hay que vacunar a nuestras mascotas, para protegerlos a ellas y a las personas que están en contacto con ellas. Para esta zoonosis, la medida de control más efectiva es una campaña de vacunación a todos los animales domésticos. La vacunación es la forma clave de frenar su propagación y conseguir erradicar esta enfermedad.
Para que nuestras mascotas estén sanas y felices tenemos que proporcionarles una correcta alimentación, mantener una buena higiene y tener un control periódico del veterinario.